REVUE : MAYEUTICA n° 81 / 2010


Jerónimo sigue siendo sin duda, punto de referencia del conocimiento y de los estudios bíblicos, no solamente por la amplitud y alcance de su labor exegética y de traducción de muchos de los textos vetero y neotestamentarios, sino también por el hecho de que en sus escritos, encontramos las más diversas observaeiones, críticas y decisiones filológicas, recordando que el comentario que hace Jerónimo pretende ser más sistemático, aunque ya sus contemporáneos lo hayan criticado por comentar poco algunos pasajes y demasiado otros. También es preciso considerar el contexto y los manuscritos con los que Jerónimo tuvo contacto y trabajó, los cuales nos ayudan hoya tener una fuente y punto de referencia envidiable de la historia de la tradición y transmisión del texto bíblico, junto al hecho de que gracias al In Danielem conservamos nombres y citas de otros tantos autores hoy perdidos. Así, la obra jeronimiana de que se ocupa este estudio de Régis Courtray de la Université Toulouse-2-Le Mirail, tal como lo demuestra este investigador, ha de ser reconsiderada no como un texto de menor calidad o valor que sus otros comentarios exegéticos. Por otro lado, se comprueba que el estudio de la figura y obra de Jerónimo en los últimos tiempos, ha encontrando en diversos ámbitos científicos un considerable eco, como por ejemplo en lengua castellana la edición de sus obras completas, en avanzado estado de progreso y en la que, recordamos, ha participado nuestro querido P. José Anoz, agustino recoleto. Esta obra, sin duda, es otro de esos ecos jeronimianos que hemos señalado, y creemos que puede y debe ser un punto de referencia en los estudios sobre este gran Padre de la Iglesia. Courtray estudia de forma específica el texto de Jerónimo, compuesto en el 407, y que, aunque no sea de hecho original sino más un compendio de opiniones y doctrinas de otros Padres de la Iglesia, si que tiene una serie de notas características dignas de mención, como por ejemplo, el tono apologético ante los ataques realizados por Porfirio, que en su obra Contra Christianos, se había ocupado y especialmente criticado el libro de Daniel, si bien, con una postura crítica literaria que hoy día podría parecernos aceptable, por otro lado, tal vez desde una visión un poco severa y reduccionista. Así, tenemos en este trabajo una visión completa de todo lo referente al comentario de Jerónimo sobre el libro de Daniel, ya que Courtray divide los 14 capítulos que componen el libro en cinco secciones o apartados, como sigue: I. Approches du Commentaire sur Daniel (pp. 23-61), donde se abordan la fecha y circunstancias de la elaboración de la obra, así como sus partes y división, partiendo del examen de losmanuscritos, de los datos y referencias que se encuentran en el mismo texto; II. Le texte de Daniel (pp. 65-128), en donde, partiendo del panorama de las versiones bíblicas griegas tanto vetero como neotestamentarias, Jerónimo, fiel a su axioma de fidelidad a la veritas Hebraica, realiza su traducción, y va, en el comentario, recogiendo y comentando las variantes, no sin encontrar abundantes problemáticasy temas particulares al texto de Daniel, como por ejemplo la cuestión de los originales griegos y/o hebreos del libro; III. Jéróme et ses sources (pp. 131-287), trata primero de Porfirio y de los fragmentos de su obra que se refieren al libro de Daniel, conservados por el mismo Jerónimo en su comentario, pero también Courtray trata otras de las fuentes que Jerónimo utiliza, tales como Eusebio, Hipólito, Orígenes, Victorino de Petovio, Teodoreto de Ciro, así como algunos textos judíos, entre otros aspectos; IV. L'exégese de Jérôme dans l'In Danielem (pp. 291-388); y por último el V. Le sens de l'histoire (pp. 391-437), que plantea tanto la relectura histórica de Daniel - dentro del contexto de las invasiones bárbaras, la idea de la eternidad de Roma y a las puertas del saqueo del 410 -, y en relación a la clásica y tradicional teoría de la sucesión de los imperios, así como los obligados temas escatológicos que motivan y plantean el texto, tales como el anticristo o la segunda venida de Cristo, obviamente, desde la perspectiva cristiana que Jerónimo conoce. No faltan la bibliografía -quince páginas divididas en ediciones, traducciones y estudios- y los abundantes y provechosos índices de autores modernos, antiguos, de obras de Jerónimo y de pasos del comentario a Daniel (pp. 447-499) que cierran este voluminoso libro de más de 500 páginas. Dentro de la colección "Theologie Historique", número 119 de la editorial Beauchesne, sea esta obra un instrumento de calidad en el campo de los estudios jeronimianos y como hemos dicho y reafirmamos, también para los estudios bíblicos.