REVUE : RELIGION Y CULTURA, août 1999

El libro aparece con el número 107 de la colección « Théologie Historique », fundada por Jean Daniélou. En la introducción, el autor manifiesta que para exponer el tema por él elegido en el presente libro, ha recurrido a la lingüística como método de estudio, según las exposiciones e investigaciones, principalmente, de Benvéniste, Sausure y Greimas. A juicio del autor, esta forma científica de la investigación tiene el mérito de evitar toda proyección psicológica, en la que muchos de los estudiosos de San Juan de la Cruz - dice él - han caído. Estudia el lenguaje de San Juan de la Cruz en sí mismo y en sus obras, sin proyectarla en ni con otra doctrina extraña al mismo. Para ello tiene en cuenta tres niveles del lenguaje : el de la imagen física, el de la sensación del alma y el de la reflexión teológica que se apoya en la Escritura. De esta forma, el autor ha pretendido buscar y descubrir en las obras de San Juan una teología de la naturaleza. El autor, pues, considera importante que el tema de la gloria aparezca especialmente en la Llama de amor viva, y como no existe ningún estudio sobre el tema, dedica este esfuerzo de investigación en la obra que recensionamos, aunque reconoce contar con antecedentes en Bord (Mémoire et espérance chez Jean de la Croix, París 1981). Resalta asimismo, que el concepto de gloria que él estudia es el indicado por Urs van Balthasar o por Bouyer. Al final de la obra recoge una selecta bibliografía, un índice de citas bíblicas, un índice de citas en general de la obra de San Juan de la Cruz, y lo que es más interesante para el mismo contenido de la obra, un índice completo de la palabra « gloria » en las obras de San Juan de la Cruz, concluyendo con una selección de frases más sobresalientes acerca de la gloria entresacadas de las obras del santo carmelita. La gloria es un don de Dios, es una manifestación de Dios y lo que produce en el hombre es un gozo. Por eso la gloria del hombre es poseer a Dios y gozarle. El autor encuentra esta misma gloria, por decirlo así, en los mismos cuatro elementos tradicionales en la filosofía : el agua, el fuego, la tierra y el aire que, en definitiva, representan a todo el universo. La gloria del hombre es poseer y gozar a Dios. Un encuentro cuyo culmen está en una plenitud de relación con Dios-Trinidad, encuentro glorioso en que Dios asume al alma sobre todo otro ser y de esa forma el alma libera la naturaleza de su atadura. El libro consta de cinco partes o capítulos; la primera, indica el sentido del término gloria en la Biblia, en la patrística y en la teología escolástica. Es sumamente escueta y concluye explicitando dicho término y su utilización en las obras de San Juan de la Cruz. La segunda, desarrolla ampliamente (pp. 38-134) un análisis de la gloria en la Llama de amor viva. En la tercera investiga el término gloria del hombre en el Cántico Espiritual. En la cuarta, expone la gloria del universo, sobre todo en los cuatro elementos conocidos. La quinta, estudia el sentido de la glorificación y consumación en la gloria hacia el esplendor de la misma, y de aquí a la gloria amorosa y el despertar glorioso. El contenido de esta obra, profundamente teológico, facilitará, con una lectura reposada, la comprensión no sólo de la figura de San Juan de la Cruz, sino una comprensión más exacta de la glorificación del universo a través de la visión del hombre transformado por la gloria de Dios.